No se decir las cosas de manera diferente.

Y cada día sigo, de pie y erguida, buscando mi propio sol mientras para otros el cielo está siempre nublado, tormentoso. Pero yo no puedo hacer nada. Simplemente me conformo con lo que tengo, aunque siempre desee más. Aquella dulce niña a la que tanto amo, aquella que sufre en silencio y siempre cree que sus problemas no son importantes. No se por qué sigo buscando ese estúpido solo que todo el mundo busca, por que ella es mucho más de lo que habría imaginado nunca. Es una de esas personas de las que nunca podría despedirme completamente. Y lloro, lloro cuando creo que la pierdo. Su sonrisa iluminaría cualquier galaxia descubierta y por descubrir. Y es que ella, ella sola, es una gran estrella, solo que todavía no lo sabe.

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