Vaya, mi tarea de olvidarte se ha perdido en mi interior.

Ups, vaya, parece que revisando las fotos de mi cámara he visto nuestra foto. Sí, aquella en la que salimos abrazados. Como si hubiera más de una. Uy, en el suelo están tirados mis zapatos favoritos, aquellas converse grises que llevé todas las noches, y que ahora son como mi amuleto. Ah, la chapa de aquella Coca Cola que tomaste un día en el bar sigue sobre mi mesa. Y, ya puestos a recordar, para mi es como si tus manos siguieran acariciando mi espalda. ¿Lo recuerdas? Los dos solos, tirados en la hierba, besándonos sin detenernos a respirar. Tu cuerpo y el mío eran uno. En ese momento, se que lo habría dejado por ti. Habría hecho lo que me pidieras que hiciera. Te habría regalado una estrella de esas que nos habían visto hacía un año, que no se esperaban nada de esto. Bueno, yo tampoco. Pero ahora, lo único que hago es preguntarme si tu te acuerdas de mi tanto como yo de ti, si todavía piensas que el resto del mundo puede esperar si estamos juntos.