
Yo solía hacerles caso a estas palabras grabadas en mi cabeza. Yo solía hacerlo...hasta que te conocí. Mentí diciendo que no te quería. Enseguida me lancé a comer tus labios. Acepté el regalo de mi cuerpo sobre el tuyo tirados en el suelo, comiéndonos a besos rápidos y mintiendo al resto. ¿Y que hacemos ahora, a 644 kilómetros de distancia? Tu no se, pero yo morirme de soledad.
Comentarios
Publicar un comentario